¡Una rosa mística!

Lugar de peregrinación y fiesta, a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar, la ciudad cristiana de Lalibela, en Etiopía, centra todos los misterios a su alrededor. La leyenda dice que, en el siglo XII, ángeles caídos del cielo construyeron las doce iglesias talladas en la roca en una sola noche. Lalibela es el perfume del fervor alegre.

Este perfume cautivador y marcado, hace resurgir el olor a cedro del papel y lápiz, de los cuadernos de cuero, de los periódicos, de la cera de carpintería, de las volutas de humo, de las risas entre vapores de alcohol

Un osmanto engullido por una nube de té.

La fragancia de Granada es un soplo en el cuello, que casa maravillosamente con la piel de la novia que no querríamos dejar marchar. Posee el resurgimiento y el fervor de una declaración hecha a la medida de una emoción. Con un soplo cautivador de almizcle, madera y vainilla, se concluye Granada y su pequeña música resuena largo tiempo en los corazones como una canción andaluza.

La cara oculta del vetiver. 

Ilha do Mel, la isla brasileña en forma de ballena, ha guiado a Memo hacia este rincón del mundo, todavía casi virgen e intacto, y que solo sus costas son visitadas por el hombre. La firma de perfumes las recorre a su manera, a través de un perfume epónimo.

¡Abréte sésamo!

Vainilla despojada por un cereal.

La dulzura del amor, bajo el fuego del mayor desierto de arena del mundo. Una vainilla que se desliza bajo el manto suave de un cereal.