
Cuando el sol está en lo alto, caminar por el camino de piedra, a través de la puerta, bajo el enrejado. Sentarse sobre el mármol blanco. Sentir la hierba fresca bajo los pies, los cálidos rayos de sol en la espalda. Hacer esto cada mañana hasta que tus ojos capturen repentinos destellos de rojo, púrpura, rosa o naranja.