MOON FEVER

El primer paso sobre la superficie lunar llegó en un mes de julio, en pleno verano occidental en la Tierra. Un calor sofocante, un suspense sin aliento, una emoción fascinante. Para aliviar ese calor, es necesario el impulso del frescor de los cítricos. Naranja amarga, pomelo, limón primofiori, mandarina que aportan un impulso de bienvenida, una manera brillante y acogedora de abordar un evento tan grande.

Poco a poco, la cámara se estabiliza y se hace realidad la toma de conciencia. La huella del astronauta marcará para siempre el imaginario del mundo. Una huella, la que el vetiver asocia a la piel, envuelta por el haba tonka, queda para la eternidad en una bella ingravidez.